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Tobera, un pueblo cercano a la ciudad más pequeña de España, Frías, es un destino imprescindible para quienes buscan belleza natural y patrimonial. Éste encantador lugar está atravesado por las cascadas del río Molinar, dividiéndolo en dos partes. Uno de los principales atractivos es la ruta de las cascadas de Tobera, también conocida como el paseo del Molinar. El río Molinar debe su nombre a los antiguos molinos que aprovechaban su caudal. En el siglo XII, sus orillas albergaban una fábrica de papel, una de las más antiguas de España según registros históricos. Hoy en día, una central eléctrica utiliza la energía del río en Tobera, destacando su evolución a lo largo de los siglos.
El río, serpenteando entre las casas de Tobera, forma encantadoras cascadas y rápidos que son un deleite visual, especialmente en épocas de mayor caudal como el invierno. La ruta está bien acondicionada, con áreas de descanso, puntos de observación de cascadas y pasos de piedra para cruzar el río cómodamente. Desde Tobera, el río Molinar continúa su curso hasta unirse al Ebro cerca de Frías, completando un paisaje natural y cultural que cautiva a quienes lo visitan.
Tobera, uno de los pueblos más bonitos y desconocidos de España
Tobera, una encantadora localidad de Burgos, emerge como refugio perfecto para quienes buscan escapar del calor. Conocido como el paseo del Molinar, este sendero de aproximadamente un kilómetro sigue el cauce del río, ofreciendo una experiencia única de senderismo entre cascadas, miradores, puentes y saltos de agua que rivalizan con las piscinas naturales más hermosas de España.
El río Molinar, bautizado en honor a los antiguos molinos y batanes que aprovechaban su caudal, serpentea por el pueblo con delicados saltos y se adentra entre las rocas. A lo largo de los años, la erosión ha esculpido una estrecha garganta cuyas paredes parecen alcanzar el cielo, creando un paisaje impresionante que invita a la contemplación y al disfrute de la belleza natural.
El desfiladero que atraviesa esta región desempeñó un papel crucial como ruta de paso en tiempos antiguos, siendo parte integral de la calzada romana que conectaba La Bureba con Orduña y los puertos del norte. Aún hoy en día, vestigios de esta época perduran en forma de piedras del camino, junto con el impresionante puente de estilo romano-medieval que cruza el río Molinar.
Ubicados en las inmediaciones del puente, bajo imponentes paredes rocosas, se encuentran dos destacados templos. La ermita de Santa María de la Hoz, construida en el siglo XIII en estilo románico, cumplió una función crucial como refugio para los peregrinos del Camino de Santiago en épocas pasadas. Se especula que esta ermita podría estar edificada sobre un templo aún más antiguo, y se rumorea que en su interior alberga frescos coloridos, aunque lamentablemente suele permanecer cerrada al público.
Paseo del Molinar
La ruta de las cascadas de Tobera discurre a lo largo del margen derecho del río, trazando un camino empedrado de fácil acceso. A lo largo del recorrido, se encuentran varios miradores y puentes desde donde se pueden contemplar las impresionantes cascadas. Se recomienda iniciar la caminata en la ermita de Santa María de la Hoz, donde hay un aparcamiento.
El sendero, de aproximadamente un kilómetro de longitud, lleva al pueblo de Tobera, por donde también discurre el río, serpenteando por su casco urbano con pequeños saltos y rincones pintorescos. Al final del recorrido, se encuentra uno de los saltos de agua más impresionantes. Desde este punto, se puede volver al punto de partida por el mismo camino o continuar hasta el pintoresco pueblo medieval de Frías.
Este plan es ideal para familias con niños o para quienes viajan con mascotas, ya que todo el camino está pavimentado, facilitando el trekking. Además, Tobera tiene la ventaja de estar cerca del encantador pueblo medieval de Frías, añadiendo otro atractivo más a esta experiencia.
Frías, una villa medieval encantadora
Entre los lugares más destacados para visitar en Frías se encuentra la iglesia de San Vicente Mártir, el corazón espiritual del pueblo. Aunque reconstruida tras un colapso histórico, aún conserva joyas como su Retablo Mayor, una obra que incluye la imagen del diácono San Vicente junto a San José y San Sebastián.
El castillo de los Duques de Frías, en ruinas pero imponente sobre un peñasco, es otro punto de interés fundamental. Desde su Torre del Homenaje se pueden admirar vistas panorámicas que abarcan el paisaje circundante y la propia población. Las murallas y el Patio de Armas son testigos de su historia medieval.
Las emblemáticas casas colgadas de Frías, construidas sobre el borde de una roca llamada cerro de la Muela, son un ejemplo único de arquitectura local. Estas estructuras de piedra de toba y madera, con sus característicos balcones, parecen desafiar la gravedad y son visibles desde múltiples puntos de vista, incluido el mirador cerca de la iglesia.